Pasó el primer fin de semana de Rock in Rio, para muchos considerado como el mayor festival de América Latina. Con las actuaciones destacadas de Katy Perry, Rihanna y Elton John (viernes); Red Hot Chili Peppers (sábado) y la noche metalera (domingo), el encuentro musical reunió más de 300 mil personas en la primerta parte de su nueva edición. A continuación, un repaso por lo mejor.
Viernes. Katy Perry y Rihanna le robaron los mayores aplausos de la primera noche a un Elton John desubicado en la programación. Cerca de una hora de espectáculo le alcanzó Katy Perry para salir victoriosa de su encuentro con el público brasileño, al que le regaló cumplidos desde el primer momento, rindiéndolo con algunos de sus muchos éxitos comerciales. Dadas sus carencias vocales, demostradas en varios momentos de la noche, lo de Perry es mejor analizarlo desde el punto de vista del espectáculo que incluyó nubes de algodón, estilismos de vedette y casi 20 cambios de vestuario, la mitad de ellas durante su interpretación de Hot N' Cold. La perlita: un fan que logró subir al escenario y robarle un par de besos a la sexy Katy hasta volverse un poco pesado.
Elton John, por su parte, ofreció un show a la vieja usanza, anclado a su piano, y pertrechado de éxitos curtidos en décadas de carrera profesional. Rocket Man o Don't Let The Sun Go Down On Me fueron algunos de los temas que sonaron en un concierto que pudo resultar un tanto monótono para el joven público de Perry y Rihanna. Justamente, la cantante nacida en Barbados demostró que, con su actuación pasadas las dos de la mañana y el aforo casi al completo, mantiene un sólido poder de convocatoria.
Sábado. Con un perfil de público más adulto, el segundo día exorcizó a golpe de guitarra la amenaza de diluvio presente a lo largo del día, con un programa basado en el rock que, tras los sones pop del día anterior, quiso hacer honor al nombre del festival. Aunque las nuevas canciones tuvieron una respuesta tibia por parte del público, el directo de los Red Hot Chili Peppers es una apuesta segura, por eso agotan entradas donde van. Under The Bridge, By The Way, todos los éxitos de Californication y por supuesto Give It Away, con el que Anthony Kiedis cerró el show descamisado y mostrando vigor rockero, hicieron delirar a los brasileños. Otros destacados de la jornada fueron los británicos Snow Patrol (llegan a Buenos Aires), Esperanza Spalding, reciente premio Grammy quien actuó de la mano de Milton Nascimento, y Mike Patton (ex Faith No More) con su nuevo proyecto.
Domingo. Metallica, Motorhead y Slipknot fueron las bandas destacadas de la jornada de cierre del primer fin de semana, con la que tres generaciones del heavy metal cubrieron de negro el predio.
La banda liderada por Lars Ulrich entró al escenario con The Ecstasy of Gold, de Ennio Morricone, seguidos con Creeping Death,For Whom the Bell Tolls, Fuel y Load. En el clásico Enter Sandman, el guitarrista Kik Hammet homenajeó al país anfitrión con un verso y acordes de Samba de una nota sola de Jobim. Luego, con fuegos artificiales y lanzallamas en el escenario, Metallica ofreció sus himnos Sad But True, Master of Puppets, Nothing Else Matters y One.
Motorhead fue la segunda banda más ovacionada de una extensa velada en la que también actuaron los brasileños Gloria, los neoyorquinos Coheed and Cambria, los locales Sepultura -íconos del thrash metal- y los franceses Tambours du Bronx, con la participación de Mike Patton. Mientras que Slipknot, como es habitual con sus miembros enmascarados, dio el toque teatral de la jornada del festival que el jueves se reanudará con las presencias de Jamiroquai y Stevie Wonder, en una noche a puro funk.
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martes, 27 de septiembre de 2011
lunes, 19 de septiembre de 2011
Los Red Hot Chili Peppers hicieron brivar River
Más de 58.000 personas bailaron en el estadio River Plate de Buenos Aires al ritmo de los grandes éxitos de la banda californiana de funk rock Red Hot Chili Peppers, que alternó temas clásicos con sus más recientes creaciones extraídas de "I'm with you", su último álbum.
Red Hot Chili Peppers se reencontró este domingo con el público argentino, tras nueve años de ausencia. Su última visita se remonta a 2002, cuando la crisis asolaba el país sudamericano y la banda no dudó en disminuir sus ingresos para poder tocar cuando los conciertos de artistas internacionales escaseaban en Argentina.
Pero no regresaron los mismos de entonces. Anthony Kiedis (voz), Flea (bajo) y Chad Smith (batería) estuvieron acompañados esta vez por Josh Klinghoffer, guitarrista que ha ocupado el lugar de John Frusciante, mítico miembro de la banda que decidió abandonarla (por segunda y definitiva vez) en 2009.
Tres fueron los grupos invitados como teloneros de Red Hot Chili Peppers, dos argentinos (Jauría y Massacre) y uno británico (Foals). Tras ellos, cinco minutos después de las 21.00 hora local, la banda californiana saltó al escenario para iniciar el espectáculo con "Monarchy of roses", un potente tema del álbum "I'm with you".
Durante casi dos horas que duró el concierto, Kiedis desgranó los versos de una veintena de canciones entre las que se estaban clásicos como "Californication", "Under the Bridge", "By the way" y "Otherside".
Sonó también su versión funk del "Higher ground" de Stevie Wonder, además de "Right on time", "Parallel universe" y "Blood sugar sex magik", perla que dio nombre al disco que les lanzó al estrellato hace veinte años.
De su último disco tocaron "Factory of faith", "Look around", "Dance, dance, dance" y el primer sencillo de lanzamiento, "Adventures of raindance Maggie".
La canción "Give it away" cerró la noche y elevó la atmósfera festiva del estadio al máximo, con una multitud enfervorecida que coreaba el estribillo mientras Flea y Klinghoffer se retaban improvisando con sus instrumentos.
Red Hot Chili Peppers dejó claro así que no ha perdido fuerza, pese a la evolución de su música, mucho más melódica ahora que en sus inicios, cuando se dejaba la piel haciendo funk metal.
Mientras Kiedis danzaba frenéticamente, Smith demostraba que el tiempo no ha mermado su intensidad con la batería.
Flea deleitó, por su parte, al público con el bajo e incluso se lanzó con el castellano al relatar su paseo matutino por el tradicional mercado al aire libre del barrio porteño de San Telmo.
A Klinghoffer le tocó demostrar que es un digno sucesor del mítico Frusciante, y cumplió al interpretar los temas de su antecesor, amigo y compañero musical, ya que ambos formaron desde 2000 a 2004 el dúo de rock experimental Ataxia.
La actuación de la banda californiana era clave también por el lugar donde se iba a realizar. El estadio de River Plate ha presentado numerosos problemas por el ruido de los recitales y los daños estructurales que producían varios miles de personas saltando a la vez, y Red Hot Chili Peppers no iban a dar un concierto precisamente tranquilo.
La solución fue bajar el volumen y cubrir la pista con paneles de goma que absorben las vibraciones que hacen tal cantidad de personas al enzarzarse en un descomunal "pogo".
Red Hot Chili Peppers inauguró así el festival Pepsi Music 2011 -que incluirá conciertos de Katy Perry, Primal Scream y Snow Patrol, entre otros- y, al terminar, pusieron rumbo a Brasil donde cerrarán su gira latinoamericana, que ya pasó por Costa Rica, Colombia, Perú y Chile. En octubre iniciará el tour europeo.
Red Hot Chili Peppers se reencontró este domingo con el público argentino, tras nueve años de ausencia. Su última visita se remonta a 2002, cuando la crisis asolaba el país sudamericano y la banda no dudó en disminuir sus ingresos para poder tocar cuando los conciertos de artistas internacionales escaseaban en Argentina.
Pero no regresaron los mismos de entonces. Anthony Kiedis (voz), Flea (bajo) y Chad Smith (batería) estuvieron acompañados esta vez por Josh Klinghoffer, guitarrista que ha ocupado el lugar de John Frusciante, mítico miembro de la banda que decidió abandonarla (por segunda y definitiva vez) en 2009.
Tres fueron los grupos invitados como teloneros de Red Hot Chili Peppers, dos argentinos (Jauría y Massacre) y uno británico (Foals). Tras ellos, cinco minutos después de las 21.00 hora local, la banda californiana saltó al escenario para iniciar el espectáculo con "Monarchy of roses", un potente tema del álbum "I'm with you".
Durante casi dos horas que duró el concierto, Kiedis desgranó los versos de una veintena de canciones entre las que se estaban clásicos como "Californication", "Under the Bridge", "By the way" y "Otherside".
Sonó también su versión funk del "Higher ground" de Stevie Wonder, además de "Right on time", "Parallel universe" y "Blood sugar sex magik", perla que dio nombre al disco que les lanzó al estrellato hace veinte años.
De su último disco tocaron "Factory of faith", "Look around", "Dance, dance, dance" y el primer sencillo de lanzamiento, "Adventures of raindance Maggie".
La canción "Give it away" cerró la noche y elevó la atmósfera festiva del estadio al máximo, con una multitud enfervorecida que coreaba el estribillo mientras Flea y Klinghoffer se retaban improvisando con sus instrumentos.
Red Hot Chili Peppers dejó claro así que no ha perdido fuerza, pese a la evolución de su música, mucho más melódica ahora que en sus inicios, cuando se dejaba la piel haciendo funk metal.
Mientras Kiedis danzaba frenéticamente, Smith demostraba que el tiempo no ha mermado su intensidad con la batería.
Flea deleitó, por su parte, al público con el bajo e incluso se lanzó con el castellano al relatar su paseo matutino por el tradicional mercado al aire libre del barrio porteño de San Telmo.
A Klinghoffer le tocó demostrar que es un digno sucesor del mítico Frusciante, y cumplió al interpretar los temas de su antecesor, amigo y compañero musical, ya que ambos formaron desde 2000 a 2004 el dúo de rock experimental Ataxia.
La actuación de la banda californiana era clave también por el lugar donde se iba a realizar. El estadio de River Plate ha presentado numerosos problemas por el ruido de los recitales y los daños estructurales que producían varios miles de personas saltando a la vez, y Red Hot Chili Peppers no iban a dar un concierto precisamente tranquilo.
La solución fue bajar el volumen y cubrir la pista con paneles de goma que absorben las vibraciones que hacen tal cantidad de personas al enzarzarse en un descomunal "pogo".
Red Hot Chili Peppers inauguró así el festival Pepsi Music 2011 -que incluirá conciertos de Katy Perry, Primal Scream y Snow Patrol, entre otros- y, al terminar, pusieron rumbo a Brasil donde cerrarán su gira latinoamericana, que ya pasó por Costa Rica, Colombia, Perú y Chile. En octubre iniciará el tour europeo.
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